IN PECTORE
¿Hay alguna necesidad de ser sincero? ¿Decir lo que se piensa equivale a sentarse a devorar un plato de alta cocina? ¿Ejercer la propia opinión merece tanta urgencia como una sesión de sexo bravo, en una cama de aire? Según el reduccionismo de mis adversarios, que están leyendo este texto para seguir aumentando el odio perfectamente gratuito que me tienen y actuar en consecuencia, la necesidad de ser sincero, de decir lo que se piensa, de ejercer la opinión propia a cualquier precio, no es una necesidad de primer orden para la persona ... continúa
FELIX VARELA, PARA LOS SIGLOS